Al igual que al inicio del año, la vuelta de vacaciones de verano es un buen momento para hacer nuevos propósitos de cara al nuevo curso.
Durante estas vacaciones he estado reflexionando sobre el uso que hago de mi tiempo.
Me he dado cuenta, aunque viéndolo con perspectiva era más que obvio, de que las obligaciones auto impuestas me estaban dominando y no al contrario. Es bueno que nos esforcemos por estar informados, formados,… con la mente despierta y aprovechar este conocimiento para nuestra vida profesional.
Pero lo que no puede ser, es que esta búsqueda de la excelencia, reduzca o elimine la posibilidad de dedicarse a otras cosas igualmente importantes.
En mi caso me he dado cuenta de que la mayor parte del tiempo que no dedico al trabajo o a la familia, lo estaba dedicando a leer feeds, a escribir post, a leer timelines, a preparar clases o conferencias, a…
Todo esto es muy positivo para nuestras carreras profesionales, pero debemos hacerlo en los momentos adecuados y cuando es necesario, no como hábito (sin irnos a los extremos de la vaguería o de la saturación de trabajo. Pero cuando toca, toca).
Nuestro cerebro necesita descansar
Pero me he dado cuenta de que, al igual que el cuerpo, la mente necesita descansar. Este descanso, además de servir para relajarnos y disfrutar de otros aspectos de la vida, nos sirve para disparar nuestra creatividad.
Es en estos momentos cuando nuestro cerebro asimila la información recibida y establece relaciones entre hechos, y es cuando se nos ocurren soluciones a problemas, nuevas iniciativas, etc.
Evidentemente habrá épocas en las que no podemos cumplir con estas pausas (estas épocas son mucho menos frecuentes de lo que nos queremos hacer creer), pero tenemos que tratar de meter rutinas sanas en nuestro día a día que nos permitan tener estos momentos de descanso, ocio o de simplemente no hacer nada.
Meter estas rutinas sanas, requiere renunciar a cosas e introducir otras. Se me ocurren varios ejemplos, pero voy a hablar de los ‘males’ que nos afectan a la mayoría de los ‘frikis’ (doy por sentado los temas relacionados con el trabajo, la familia y el ocio):
1. Limitar el tiempo de lectura de temas profesionales y consulta de redes sociales, a ciertos momentos del día.
Lo que no hayamos visto ese día, lo podemos ver el siguiente. NO PASA NADA. Es obvio que no pasa nada, pero ¿cuántos de vosotros sois capaces de dejar sin leer una notificación de RRSS más de 24h? ¿a cuántos os incomoda que los post se acumulen en vuestro reeder?
2. Si tienes un blog, procura escribir sólo cuando tengas algo que consideras medianamente interesante que decir. No estas ‘obligado’ a escribir cada semana. Ya sabes, mejor poco bueno, que mucho malo.
3. Eventos: piensa que objetivos que quieres cumplir asistiendo a eventos y elige uno o dos, de entre los que mejor se adapten.
Para los puntos 1 a 3 os recomiendo leer la serie de post que preparé sobre el tema: Cómo ordenar tu identidad digital, Personal Social Media Plan y Pasos para optimizar tu estrategia personal en Social Media.
4. Deporte al menos una vez a la semana: en la forma que sea (desde pasear, a correr, nadar,…).
5. Dedica tiempo para estar a solas. Ya sea meditando, paseando o leyendo una novela.
6. Duerme lo suficiente: mientras puedas permitírtelo duerme un mínimo de 6-7 horas.
En resumen, tenemos que dejar de ser tan frikis.
Como todo en la vida, en la media está el punto óptimo.
¡Veremos hasta que punto soy capaz de aplicarme estos consejos a mi mismo!
En estos días han publicado un vídeo que habla sobre un tema 100% relacionado con este post, la adicción al móvil. Algunas situaciones están exageradas a propósito, pero creo que todos deberíamos verlo para reflexionar:
La imagen que acompaña el post es de duchessa.
